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Enfermedades mentales y adicción a drogas en menores serán tratadas en centro público en Bogotá

El problema del consumo de drogas en menores de edad en Bogotá es algo que no se puede ocultar, no podemos hacernos los ciegos frente a esta problemática de salud pública.

Según el más reciente estudio de consumo de sustancias psicoactivas, publicado en el año 2016, en la ciudad existían, para ese momento, por lo menos 133.731 personas con problemas de abuso o dependencia de sustancias psicoactivas. De esas 133.731 personas, 46.870 eran jóvenes entre 18 y 24 años, y 35.914 adolescentes entre 12 y 17 años (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2016).

Además, de acuerdo con el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos, o NIDA -por sus siglas en inglés-, el consumo de drogas y los problemas de salud mental coexisten con frecuencia. En un reciente informe del año 2018, exponen lo siguiente: “En algunos casos, trastornos mentales como la ansiedad, la depresión o la esquizofrenia pueden surgir antes de la adicción; en otros casos, el consumo de drogas puede desencadenar o empeorar esos trastornos de salud mental, particularmente en las personas que tienen ciertas vulnerabilidades específicas, (National Institut on Drug Abuse, 2018)”.

Establecida esta innegable coexistencia, vale la pena analizar el efecto del consumo de sustancias psicoactivas en la infancia y la adolescencia. De acuerdo con el mismo estudio, las experiencias de la niñez (incluido el consumo) “interactúan entre sí y con la biología en evolución del niño y afectan el desarrollo del cerebro y el desenlace social, de comportamiento, académico y de salud, entre otras áreas de su vida, (National Institut on Drug Abuse, 2018)”.

Establecida esta innegable coexistencia, tuve la iniciativa de comprometerme en campaña con mis electores y con Bogotá para gestionar desde el Concejo la creación de un centro público especializado con tratamiento diferencial para atención de niños y adolescentes que padezcan trastornos mentales y problemas de consumo de sustancias psicoactivas. 

Mi compromiso con la población vulnerable de la ciudad, que en la mayoría de los casos no tiene los recursos económicos para atender a sus hijos cuando caen en las garras de las drogas o cuando sufren de alguna enfermedad mental, hizo que me pusiera al frente para que este centro sea una realidad en los próximos cuatro años.

Es por esto, que, gracias al apoyo del Distrito, mi propuesta fue incluida en el propósito 1, logro de ciudad 4 del Plan Distrital de Desarrollo 2020-2024, siendo, finalmente, una meta del programa de salud mental para la capital del país.

Los avances en el tema, por el momento, van en una visita de campo que realizamos junto al secretario de Salud, Alejandro Gómez y el director del Idipron, Carlos Marín, a las instalaciones de la UPI La Florida, en donde hicimos una evaluación previa de sus espacios y conocimos los procesos que actualmente allí se adelantan.

Asimismo, en Comisión de Hacienda durante el debate de presupuesto de gastos e inversiones del 2021, pregunté al secretario Gómez sobre la proyección de recursos y la fuente que financiará el programa de salud mental, meta del Plan de Desarrollo.

Para la actual administración, “la Bogotá cuidadora”, es un reto que este trabajo articulado llegue a feliz término, pues la deuda histórica con los niños y jóvenes de más bajos recursos de la ciudad que por X o Y motivo caen en las drogas y no son tratados por falta de recursos, es innegable.

Llegó la hora de que la calle deje de ser la solución para los menores que tienen problemas de adicción, y que el silencio y la negación sean el tratamiento a los trastornos mentales.